sábado, 21 de septiembre de 2013

¿Cuestión de semántica o de concepto?

¿Qué entendemos por riesgo? Es concepto fácil de descifrar pero difícil de asimilar. Muchas son las definiciones existentes. Tomemos la siguiente: "probabilidad de que se produzca un resultado indeseable -o la ausencia de un resultado buscado- en el transcurso del proceso (incluye todos los componentes de la acción) de atención sanitaria (en nuestro caso)". Es verdad que digerir la noción de riesgo es complicado. La Real Academia de la Lengua Española, en su 21ª edición de su diccionario, define el concepto riesgo, derivado de la palabra antigua restar (cortar), como "contingencia o proximidad de un posible daño", siendo su origen la palabra latina resecare. También admite "cada una de las contingencias que pueden ser objeto de un contrato de seguro". Se deduce de la noción "riesgo" un peligro o un resultado no deseado (daño posible) en potencia; además sugiere la posibilidad de medida de su aparición utilizando teorías matemáticas (probabilidades). 
Un riesgo es una particular forma de peligro que ocurre de forma aleatoria, al azar, sin causa. Es un peligro donde se trata menos de imputar una causa a hechos pasados como de prever ocurrencias en el futuro. El riesgo aparece más vinculado al término vulnerabilidad, mientras que el peligro aparece más asociado a la factibilidad del daño. Paradójicamente, su predicción resulta posible debido a su carácter aleatorio: el azar obedece, responde a reglas, que la recogida de información estadística y su cálculo probabilístico permiten adivinar. La noción de riesgo aparece como un reductor de la incertidumbre.


El término riesgo en el ámbito sanitario hace referencia inmediata a un peligro para el paciente en forma de resultado no esperado y, casi siempre, desfavorable (daño). El riesgo es innato a las intervenciones médicas, tanto diagnósticas como terapéuticas. Desgraciadamente también lo es la incertidumbre; esta ocurre cuando se ignoran las complicaciones derivadas de las distintas alternativas de acción ante un problema clínico determinado. Tanto es así que se ha llegado a decir que "la historia de la clínica es una historia de la toma de decisiones bajo incertidumbre". En efecto, este vocablo, empleando la misma referencia bibliográfica antes expuesta, puede definirse como falta de certidumbre; duda o perplejidad, siendo sinónima, entre otras, la inseguridad. El concepto incertidumbre implica duda, oscuridad, falta de precisión e indeterminación. 
Por contra, riesgo es la circunstancia que ocurre cuando todas las variables no toman un único valor sino varios, pero la probabilidad de que ocurran o salgan esos valores es conocida (cada alternativa conduce a varias consecuencias, conociéndose la probabilidad de cada una de ellas). Incertidumbre, es la situación que resulta cuando, conociendo el valor de una variable, es imposible exponer con qué nivel de probabilidad aparecerá. Por tanto estos conceptos son grados decrecientes del conocimiento de una situación determinada (seguridad). 
Un problema derivado en el ámbito de la gestión de riesgos sanitarios o seguridad del paciente es saber determinar si las decisiones que se toman se hacen en situaciones de riesgo o de incertidumbre. Para resolver este dilema, de máxima aplicación en el campo de los servicios sanitarios, resulta muy útil la aplicación del teorema de Bayes. Desde el conocimiento de unas experiencias previas, permite calcular nuevas probabilidades a partir de éas (probabilidades previas) y la aparición de nuevas evidencias empíricas (opiniones de expertos, nuevos resultados de investigaciones...). La nueva información resultante rectifica las probabilidades iniciales y de esta manera se consigue reducir las situaciones de incertidumbre. El riesgo representa una situación real donde hay que adoptar una elección. 
En el campo de la salud, una elección racional debe tener en cuenta las aspiraciones y emociones del enfermo así como los riesgos que percibe (riesgos subjetivos). Otros conceptos muy relacionados con el riesgo son los de amenaza, impacto, vulnerabilidad, objetivo, subjetivo, peligro, azar y otros. Puede evaluarse el riesgo a partir de los conceptos de amenaza, vulnerabilidad (serían factores de riesgo) e impacto o consecuencia. Este último es lo que se pretende anticipar. 
¿Se pueden prevenir el/los riesgo/s? NUNCA. Las operaciones matemáticas no pueden minorarse mediante técnicas preventivas. Son mucho más tercas que todo eso. Sin embargo, se escucha y se lee con frecuencia. Textos oficiales, literatura científica hacen uso frecuente de la expresión "prevención de riesgos". Se trata de una inapropiada utilización semántica del término riesgo. La prevención siempre habría de referirse a los eventos no deseados, resultados indeseables, enfermedades o los accidentes o incidentes. 
El riesgo no es un hecho en sí, no es un evento, pero si un concepto que combina la probabilidad de ocurrencia de un incidente o accidente y su potencial impacto (consecuencia en términos de gravedad de ese evento); clásicamente este concepto matemático se ilustra en la conocida curva de Farmer. 

Lo que se hace en la práctica es comenzar por analizar las situaciones de peligro o los peligros existentes en nuestra área de trabajo (elementos perceptibles) y después se calculan los riesgos derivados (elemento matemático) y se comienza el proceso para reducir esas estimaciones de riesgo. La gestión de riesgos trata entonces de disminuir las estimaciones de riesgos con el método utilizado, o sea, minorar la aparición de una situación no deseada. Por tanto la expresión "gestión de riesgos" se refiere a "aquella actividad de identificación, análisis y respuesta a los incidentes o accidentes acaecidos o que puedan llegar a producirse, con el objetivo de prevenir su materialización en un futuro o minimizar su impacto o consecuencias”. 
Evitemos en lo sucesivo, si es posible, la expresión "prevención de riesgos" (muy extendida) por tratarse de un uso incorrecto de este vocablo. En el contexto de la seguridad (estado aceptable de riesgo) de los pacientes, lo que se persigue es la gestión de riesgos en su concepción más amplia de análisis situacional, identificación de los mismos, su estudio y evaluación, planificación de respuestas, implantación de las más eficientes, seguimiento y revisión para volver a comenzar el ciclo. Si quieren profundizar en estos conceptos la Guía ISO/CEI 73 proporciona definiciones genéricas de términos relacionados con la gestión de riesgos (Guía ISO CEI 73).


Un camino por recorrer; despejemos las incertidumbres, minoremos los riesgos, alcancemos la máxima seguridad. 

3 comentarios:

  1. Ahora cada vez que oiga en el hospital "prevención de riesgos" pensaré en "gestión de riesgos". Muy muy útil, gracias.

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  2. Gran entrada, muy útil

    Me gusta la inclusión de la incertidumbre porque suele observarse entre los profesionales una tendencia a lo que llamo "blanco o negro" cuando la realidad està llena de matices

    Suelo decir que un incidente de seguridad tiene como "prueba del algodón" la apostilla "Podría pasarle a cualquiera" esto nos guía a los fallos latentes en los sistemas como auténtica causa... Riesgo

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  3. Gracias Aurora y Xosé Manuel; efectivamente, hablamos con mucha ligereza, incluso de manera institucional "¿prevención de riesgos laborales?". Sobre la incertidumbre en la que se desenvuelve nuestra actividad diaria, habría que profundizar más, pues es la base principal de la variabilidad clínica y, por ende, de una importante fuente de errores. Y ello por no mencionar la ignorancia que muchas veces se confunde con la incertidumbre, hasta hacerse un único cuerpo de "desconocimiento".

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