domingo, 7 de julio de 2013

Recortes como oportunidad

Un reciente artículo en la revista Lancet, titulado "Financial crisis, austerity, and health in Europe", señalaba los efectos de los recortes presupuestarios a las partidas de Sanidad y del aumento del desempleo sobre la ciudadanía en forma de aumento de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad y que en algunos países sean más los ciudadanos que no tienen dinero para comprar medicinas o para ser atendidos; en el artículo se critica a la Unión Europa por no haber analizado ni afrontado el impacto de la crisis económica en la salud de los ciudadanos. "Muchos ministros de salud se mantienen en silencio", señala el texto. Además, se hace referencia al repunte de algunas enfermedades infecciosas (como el VIH o la malaria, tras el brote registrado en Grecia) y de la tasa de suicidios, que hasta 2007 había retrocedido, según sus datos. En la misma línea de pensamiento o más allá, se habla de desmantelamiento del sistema de salu español por la austeridad, este otro artículo del BMJ

En Murcia, la Presidenta del Colegio de Médicos señala que el "ahorro acumulado en los presupuestos sanitarios en esa Comunidad Autónoma en los dos últimos años representa un reducción de 320 millones de euros y derivará en consecuencias negativas para la calidad de la asistencia que se presta a los ciudadanos, y además repercutirá en la cartera de servicios, es decir, en las prestaciones que, hasta ahora, recibe el usuario .../...Todo esto se producirá porque no es posible hacer lo mismo con menos".
Y afirma que "la principal lealtad del médico la debe a su paciente y ese es el contrato social que mantenemos con él", por lo que se elabora y aconseja un decálogo de buena praxis médica en tiempo de crisis y recortes (COMRM)
Desconozco si solventados los desencuentros con la Consejería de Hacienda y llegados a un acuerdo, el COMRM ha mantenido el consejo de actuaciones correctas o solo se debía poner en práctica esta "asistencia de calidad" en caso de bajada en los emolumentos de los facultativos. 

La Asamblea General del Consejo General de Colegios de Médicos de España ha suscrito (enero 2013) por acuerdo unánime un manifiesto en defensa de las organizaciones profesionales y de sus representantes “ante las constantes presiones de los poderes políticos por defender por encima de cualquier otra conveniencia el deber deontológico que todo médico tiene con el paciente y el cuidado de su salud ante cualquier otra conveniencia” (El Confidencial).
Los Colegios de Enfermería ven cómo muy preocupante que los recortes afecten el ratio de enfermeros por pacientes en cada centro, su cualificación y especialidad o los recursos necesarios para desarrollar con seguridad y calidad su tarea, lo que considerarían como motivo para denunciar por la vía judicial a los centros sanitarios que sobrepasen “las líneas rojas de seguridad” (comunicado de prensa).
También a principios de años, la Comisión Europea pone en guardia a sus Estados miembros sobre el peligro que los recortes presupuestarios en seguridad de los pacientes a nivel hospitalario pudiera traducirse en un aumento de los costes a largo plazo. España ha aplicado la mayoría de las recomendaciones de la UE para evitar infecciones hospitalarias, según un informe publicado por Bruselas. "La crisis no debería poner en riesgo la seguridad de los pacientes: por el bien de los pacientes y porque los tratamientos que no son seguros tienen un coste. La investigación muestra que entre el 13% y el 16% de los costes hospitalarios se deben a enfermedades relacionadas con el tratamiento sanitario", ha explicado el Ejecutivo comunitario en un comunicado. "En el actual contexto financiero es crucial reducir los costes de tratamientos no seguros y desarrollar programas rentables de seguridad de los pacientes", reclama la Comisión.
El Profesor Jesús Aranaz, señala que "invertir en seguridad del paciente equivale a ahorrar". La Universidad de Michigan ha puesto en marcha recientemente un programa de divulgación médica del error en el hospital adscrito. Antes de iniciar el proyecto, la organización tenía tres millones de costes por litigios y, después, bajaron a un millón de dólares, continúa afirmando el citado experto.
Un principal problema derivado del recorte en seguridad de los pacientes puede estribar en que se decanten por estimular procedimientos médicos más baratos pero inseguros. La implantación "obligatoria" de técnicas sin valor o de dudoso balance entre beneficios y riesgos pero baratas, ponen a riesgo de daño innecesario a los pacientes o usuarios que las reciben. 
Por otra parte la crisis económica con unos recortes bien orientados puede representar un beneficio o una ventaja indudable para la seguridad de los pacientes. Entre el 30% y el 50% de las decisiones médicas no añaden valor a la salud los pacientes y los costes asociados son equivalentes a desperdicio de recursos. En España existen numerosas pruebas de la producción de cuidados de escaso valor; más de la mitad de las faringoamigdalitis son inadecuadamente tratadas, o de mujeres con tratamiento anti-osteoporosis mal indicado, el 8% de los ingresos y 10 por mil de consultas son consecuencia en algún evento adverso, 12% de ingresos relacionados con problemas en medicación, 3% de hospitalizaciones potencialmente evitables en enfermos crónicos, 1 caso de tromboembolismo o trombosis por cada 500 intervenciones quirúrgicos atribuible a algún déficit en los cuidados, diferencias de hasta 4 veces en el acceso a cirugía conservadora de mama, miles de casos de cirugía potencialmente evitables por existir alternativas terapéuticas más efectivas, etc. Un repaso a la variabilidad de práctica (Atlas de Variaciones en la Práctica Médica en el Sistema Nacional De Salud) puede aportar mucha base de conocimiento cierto. Por tanto prácticas sanitarias no fundadas pueden ser suprimidas de un plumazo por mor de la crisis económica que afecta al sistema de salud; sus resultados serán tremendamente beneficiosos para la seguridad de los pacientes. 
Otra ventaja innegable sería la desmedicalización de la población; España sigue teniendo el más que discutible mérito de encabezar la lista de países con mayor consumo de fármacos cuya variabilidad no se justifica por las características de su población ni su prevalencia.  

Los medicamentos se han transformado en causas de enfermedades (7/100 ciudadanos sufren efectos adversos en su contacto con atención primaria, la mitad por medicación, estudio APEAS). Cantidad de fármacos prescritos y calidad de las mismas ya que una de cada cinco son inadecuadas. Creer que la medicina lo puede curar todo, de que no podemos ser diagnosticados sin que nos recomienden un sinfín de pruebas diagnósticas y la creencia de que toda patología puede ser prevenible (me contaba un taxista el otro día que lo estaban "tratando médicamente" de su "mal humor al volante" -sic-) es lo que compromete seriamente la seguridad de los pacientes por exposición a unos riesgos innecesarios.
Si la respuesta a los recortes es una medicina defensiva, de "excelencia" (como la denominan de forma hipócrita algunos), la seguridad de los pacientes se va a ver seriamente comprometida. Una adecuada estrategia de gestión de riesgos ha de velar, necesariamente, por un uso adecuado de los recursos. Evidencia disponible, prudencia, sentido común y ética han de prevaler en un marco de sostenibilidad del sistema sanitario como el que actualmente estamos viviendo. Si se cumplen estas premisas y en esta dirección, bienvenidos sean los recortes para la seguridad de los pacientes.
Muchas más ventajas se les ocurrirán; también inconvenientes, qué duda cabe. Mi contribución para sacar provecho en términos de seguridad de los pacientes de esta crisis económica en sanidad que no parece que vea brotar tallos verdes. 
¿Será por la "caló"?

4 comentarios:

  1. Estimado Jose Mª, menos mal que no te unes incondicionalmente al coro de plañideras que sólo saben pedir más dinero sin hacer caso a la parte de reducción de gasto que una bien entendida gestión clínica puede conseguir evitando EAs y ayudando a cumplir con el deber ético alegado de dar la atención necesaria a loS pacienteS (a todos no a cada uno como individuo); esto es, incluir el "coste de oportunidad" en la toma de decisiones clínicas...

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  2. Gracias por tu aporte Xose manuel. Se debe buscar el bien común por encima del individual lo que traducido en términos de ética, no sólo lo mejor para tu paciente sino para todos tus pacientes y, por encima, el bien del conjunto de los potenciales usuarios del sistema. Ese es mi argumento; aprovechemos los recortes para dirigir nuestra actuación en términos de prevención cuaternaria, hacer lo justo, desterrar las actividades innecesarias o dañinas. No gastemos en eso. Parece fácil, pero vencer rutinas y resistencias al cambio es difícil. Probablemente una gestión clínica no viciada en su base pueda ser un instrumento principal para su consecución. Buen domingo

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  3. Y si le añadimos que el 20% de las pruebas complementarias y un 25% de los ingresos son innecesarios, tenemos mucho en lo que trabajar. Uno de los problemas es que estamos acostumbrados a encontrar una respuesta o un tratamiento médico a situaciones que antes no se trataban: soledad, frustración...
    En fin, gracias por hacernos reflexionar sobre los "recortes" (qué poco me gusta esta palabra). Es como la palabra "sobras": en mi casa nunca sobra comida, en mi casa "queda" comida. Ojalá, podamos reducir y reinvertir en seguridad, salud...

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  4. Si, tampoco me gusta la palabra recorte pero es la que más en uso he encontrado en los artículos que he releído para escribir esta entrada. Si todo lo innecesario fuera eliminado ganaría mucho no sólo la seguridad del paciente, también la economía disponible y habría más recursos allá donde de verdad se precise en función de necesidades. Gracias

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